La Villa de Los Santos también llamada Heroica Villa de Los Santos, es un corregimiento del distrito panameño de Los Santos, en la provincia de Los Santos.1 Ubicada en el sureste del río La Villa, esta población colonial fue la antigua capital de la provincia de Azuero y junto a Chitré es uno de los principales centros urbanos del eje metropolitano de la cuenca del río La Villa, principal núcleo poblacional de Azuero y uno de los más activos económica e industrialmente de la península de Azuero.
Con sus 25.723 habitantes en su término municipal es la segunda más poblada de la provincia de Los Santos por detrás de Las Tablas con 27.416 habitantes. Su casco antiguo mantiene el trazado original del periodo español, desarrollado alrededor de la Iglesia de San Atanasio y de la Plaza Central. Es notable su típica la arquitectura colonial española con marcada influencia andaluza.
El 10 de noviembre de 1821 se manifestó en la Villa de Los Santos una corriente separatista contra España, fecha que se toma como el primer grito de independencia.[cita requerida]
La Villa de Los Santos guarda aspectos físicos ancestrales al igual que tradiciones como la celebración religiosa y cultural de Corpus Christi, donde afloran danzas folclóricas tales como las diabladas con diablitos sucios y diablos limpios, danzas negroides como el zaracundé, los gallotes, las enanas, el torito, los parrampanes, las mojigangas, las danzas de la conquista de México o danzas de la Montezuma española y la Montezuma cabezona, relacionadas con Moctezuma Xocoyotzin. Un colorido grupo de danzas folclóricas son el reflejo de esta festividad. Otras festividades importantes son el Carnaval, la Semana Santa y la Feria Internacional de Azuero.
Historia
La Villa de Los Santos fue fundada el 1 de noviembre de 1569, el día de Todos Los Santos, por inmigrantes españoles, criollos y mestizos provenientes de Natá de los Caballeros que se habían asentados inicialmente en áreas poco pobladas de la península. Se considera esta fundación un acto de desobediencia a Natá, que controlaba el área desde 1522, ya que se realizó por el anhelo de libertad. La población se fundó siguiendo los parámetros fijados por la corona española, cerca de un río importante en un área fácil de defender y siguiendo la simetría de las ciudades españolas.3
Así como ejemplos de fundaciones trascendentales de programas con razonamientos a priori, donde el desplazamiento geográfico de las ciudades respondía a preocupaciones geométricas como las que se tienen en: el Binomio Panamá Nombre de Dios, Santiago de Veraguas (1636), Montijo, Alanje (1589 1522), etc. Así pues, tales ciudades fueron concebidas de antemano por un programa racional y dirigido.
La excepción la tuvo entonces La Villa de Los Santos, porque su fundación difiere del de muchos en diferentes aspectos, ya que fue fruto de la espontaneidad y sus fundadores llegaron con esa pinta de rebeldes a orillas del río La Villa con armas empuñadas. Es en este punto en el que la fundación llevó tiempo, la constitución del poblado fue lenta, tarda aproximadamente una década, mientras que las de otras poblaciones duraban horas porque solo era la ceremonia formal de una fundación. Posteriormente, sus pobladores fueron ocupando en forma gradual y lenta, la región de Parita, río Cubita, Mensabé, Guraré entre otras áreas de la región de Azuero en el periodo de una década según los estudios y datos referentes a las fundaciones; luego se agrupan en sitios y proceden a emprender la fundación. Un número plural de documentos existentes en el Archivo General de Indias, en Sevilla, brinda varias indicaciones aclaratorias que no dejan lugar a dudas, sobreviniendo, así como una reanimante cría de cada mañana ante la confusión que crea en los orígenes santeños.
Cabe señalar que para el año de 1515, Gaspar de Espinosa, fue quien visitó por primera vez la tierra santeña y el cometido de una fundación se dio por vez primera en 1556, por el padre Pedro de Santa María, dándole el nombre de Santa Cruz; y él fue hecho ocurrido sobre el río Cubita, que radicalmente después cambia su nombre a río La Villa, por orden del Gobernador de Panamá Don Juan Rodríguez de Mojaráz.
Es así entonces en el que el proceso se podría dividir en tres períodos comprendidos así: el inicial en 1558, año en el que las autoridades hacen efectivas en la Alcaldía Mayor de Natá las disposiciones reales dirigidas a suprimir en Castilla de Oro el régimen de Encomienda Indígena, eliminando la mano de obra gratuita y deja como principal fuente de riqueza de los colonos: esto ocasionó un golpe mortal para la mayoría de los natariegos y la vida colonial sufrió una transformación rigurosa y fundamental. Luego y casi después las medidas de los luchadores en contra de la esclavitud, los natariegos improvisaron una doble solución que consistió en la división de los grupos en dos partes: uno se fue a Veraguas en compañía de Francisco Vásquez y se establecieron en Santa Fe para el año de 1558 y posteriormente una parte de este grupo se fue a Concepción en 1559 y más tarde en la Filipina en 1571, mientras que el otro grupo se dirigió hacia el interior de Azuero tras la búsqueda de tierras nuevas para vivir, sabiendo que el régimen laboral ya no se apoyaría en los indígenas, sino en el propio esfuerzo gratuito de los colonos.
La colonización de La Villa se llevó lentamente, teniendo en 1610 sólo 20 vecinos, al pasar de los tiempos fue creciendo y ya en 1630 poseía dos curas y un hospital; en 1686 tenía más de 300 habitantes.
La fundación de La Villa de Los Santos
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Un 1 de noviembre de 1569 se realiza por su fundación, en el Día de Todos Los Santos, de allí es donde proviene su nombre.
Según testimonios, 18 fueron los fundadores y la elección capitular de la misma fecha del hecho, lanza los siguientes resultados:
- Los Aliados Ordinarios de la Fundación de La Villa de Los Santos: Francisco Gutiérrez quien fue escogido como alcalde, y Pedro Martínez de Montenegro.
- Sus Regidores: Manuel de Barrios, Benito de Oballe, Francisco de Escobar y Ambrocio Rabelo.
- El Escribano: Alonso Jiménez.
Ya acontecido el esperado acontecimiento fundacional, a espaldas prácticamente, la nueva población no podía contar con la aprobación y autorización de la autoridad natariega, Rodrigo de Zuñiga Alcalde de Natá desde los tiempos de Pedrarias, arma su gente y sin dar espera al reposo de su plan de acción se dirigió a Los Santos entre los días 2 y 5 de noviembre encontrándose con 38 hombres rebeldes, sumándoles las cabezas de familias, siendo estos una veintena de hombres más bien armados de lanza, espadas, arcabuces y ballestas, dispuestos a presentar resistencia a los natariegos, a quienes no se les descifra la cantidad de hombres que llegaban a desmontar el complicado proyecto de fundación. El encuentro se produjo en un lugar fuerte y estrecho junto a la quebrada llamada La Rabelo; luego después del forcejeo, los santeños cabecillas fueron presos en una cárcel de Natá.
El alcalde de La Villa de Los Santos, Don Francisco Gutiérrez, principal cabecilla fue condenado a morir en la horca, luego de haber sido arrastrado por las calles de Natá; mientras que a Francisco de Escobar y Manuel Barrios se les condenó a diez años de destierro del término de Natá.
Los Santeños apelan a la Real Audiencia y las sentencias que el Alcalde de Natá les había impuesto a los principales fundadores no se lleva a cabo. El pleito entre Natá y la recién fundada Villa, dura aproximadamente cinco años, hasta que la Real Audiencia dicta un fallo favorable y ordena así mismo que Los Santos tenga categoría de Villa, seguramente para no defraudar a los descontentos natariegos. La sentencia en grado de revista que confería a Los Santos la calidad de Villa, confirmando su fundación, tenía fecha de 10 de noviembre de 1573.
La fundación santeña desempeñó un papel decisivo en el proceso expansivo hispánico en el interior del país y, consecuentemente, en el afianzamiento y extensión del espíritu de nuestra raza mestiza. Fue centro de expansión colonizadora hacia el occidente del Istmo, en dirección a Veraguas, y hacia el sur en dirección a Azuero, cuyos territorios lentamente fue ocupando la onda expansiva. Y la influencia ductora del núcleo santeño como eje de la vida económica y social llega hasta la terminación del período colonial para volver a imponer su pujanza y dinamia creativa en el Grito de Independencia del 10 de noviembre de 1821. Puede decirse sin lugar a dudas que el espíritu libertario de 1821 tiene sus raíces más profundas en aquel 1 de noviembre de 1569.
La Fundación de la Villa de Los Santos, se lleva a cabo sin los requisitos indispensables de la legislación que permitía efectuar estos actos por lo que da margen a que las autoridades natariegas renieguen de ello y acusen a los santeños de «usurpación de jurisdicción ajena», ya que no poseían licencia para tal fin. En 1579 los santeños obtienen la real cédula que les permite que un acto espontáneo se constituya en un acto legal y lograra así obtener el título de Villa de Los Santos.
La Villa de Los Santos, surge de pobladores asentados a la orilla del río Cubitá que en principio eran indígenas a la llegada de los conquistadores que se dice fue en 1515, La Fundación de este poblado a orillas del Río Cubitá (Hoy Rio La Villa) se realizó al mismo tiempo que se fundp, Santigo de Olá, Santa Helena de Parita y SANTA CRUZ ( La Villa de Los Santos) por orden de Juan Ruiz de Monjarraz estas tres poblaciones en el año de 1558, quien asumió el Poder de Gobernador entre 1557 hasta 1559. (Confirmado en su Biografía)
Primer Grito de Independencia en la Villa de Los Santos
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Resumen: Desde los alrededores de 1810 se inicia el movimiento revolucionario y no fue hasta el 10 de noviembre de 1821 que se da el famoso grito de la independencia de La Villa de los Santos.
El Coronel Santeño Segundo Villareal conjunto con un grupo de campesinos toma la cárcel liberal los prisioneros políticos apresando los militares españoles y declarando libertad en La Villa de los Santos. Familias conservadoras como los Vásquez, Mendieta y Garrido jugaron un papel decisivo en la declaración de la independencia de Panamá y los nombres de estas heroicas familias se encuentren en el escudo municipal de Los Santos y su participación es reconocida en el Himno de Los Santos. Los descendientes de estas familias en la actualidad muchos de ellos son profesionales en la rama de la medicina, abogados, ingenieros, comerciantes y educadores.
Desaparecido el gobierno español, se anunció en cabildo abierto por parte del consejo jurar mantener la libertad adquirida y lograr la total independencia del Istmo.