La peste porcina africana genera cuantiosas pérdidas económicas.
En Panamá el consumo per cápita de carne de cerdo es de 18.25 kilogramos. El año pasado se faenaron 675,028 animales en el país, para una producción de 56,645 toneladas de carne de cerdo
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advierte de la grave amenaza que representa para la seguridad alimentaria de la región la propagación de la peste porcina africana (PPA), una enfermedad letal para la cría de cerdo.
El ser humano, los desechos de alimentos en puertos y aeropuertos y el movimiento de alimentos de productos derivados del cerdo son los principales focos de transmisión de esta enfermedad transfronteriza que no tiene cura.
Andrés González, Oficial de Ganadería Sostenible, Sanidad Animal y Biodiversidad de la FAO para América Latina y el Caribe, manifiesta que esta afección, aunque no representa un riesgo para la salud humana, sí constituye, por su rápida propagación y alta mortalidad de animales, una grave amenaza para la ganadería porcina y la seguridad alimentaria del subcontinente.


La emergencia continental impulsó una acción coordinada entre la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y organismos regionales, como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), la Comunidad Andina (CAN), the Caribbean Animal Health Network (CARIBVET) y la Caribbean Agriculture Health and Food Safety Agency (CAHFSA), entre otros, en el marco de la estrategia del Programa Global de Enfermedades Animales Transfronterizas (GF-TAD).

En situaciones de emergencia o de riesgo latente tanto el sector privado como el ámbito público, deben extremar las medidas de protección y de higiene en los predios productores, así como en granjas de traspatio, para evitar cualquier factor de riesgo, indica González.
En la cría de cerdos se recomienda una alimentación e hidratación limpia; desinfección de herramientas, implementos y vestuario con el que se interactúa con los animales; y una eficiente aislación de otros animales ajenos a sus grupos, entre otras medidas.


En el marco del programa de control de enfermedades transfronterizas (GF-TADs), también se trabaja en el fortalecimiento de las capacidades de los servicios veterinarios, incluyendo la preparación para la emergencia y contención, capacitación y fortalecimiento de las medidas de bioseguridad; así como campañas de divulgación en diferentes canales de comunicación, como por ejemplo la distribución de directrices y de material estratégico en puestos de control fronterizo. Son estas algunas de las medidas dirigidas a minimizar el riesgo de diseminación.
El Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) prohibió a través de una resolución emitida en 2020 la importación de cerdos vivos y de cualquier producto, subproducto o material genético de origen porcino, procedente de países afectados por la PPA, así como la comercialización de cerdos vivos en las subastas ganaderas del país, hasta tanto se realice el análisis de riesgo que permitía garantizar que dicha actividad no representaba una amenaza en la industria porcina del país.

· En caso de sospecha de tenerse algún cerdo enfermo en una finca es fundamental contactar a un veterinario para informarle al servicio veterinario oficial, que en el caso de Panamá es el Ministerio de Desarrollo Agropecuario.
· En cuanto sea posible y de inmediato es fundamental mantener los animales enfermos separados y extremar las medidas de desinfección e higiene en la finca.
· Evitar introducir o sacar animales hasta tener un diagnóstico certero.
· Evitar la visita de otros establecimientos o granjas vecinas.
· No alimentar con residuos de cátering o basura.
